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EMPRESAS

Pasó de ser el CEO de una multinacional a fundar una startup en la que invirtió Manu Ginóbili

En 2021 se asoció con un emprendedor tecnológico y creó una empresa en la que todos quieren trabajar; cómo fue su camino de la cima del mundo corporativo a resetearse como startupero.

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Gastón Remy cumplió con cada paso para llegar a la cima corporativa: fue CEO de una empresa multinacional, antes de cumplir los 40 años. Arrancó en la química Dow como joven profesional, cambió de puesto y de país cada tres años, estudió una maestría en el exterior, probó diferentes funciones y se embarcó en un proyecto de US$2000 millones en Vaca Muerta. Una etapa que describe como “de construcción de liderazgo” y que lo llevó a fundar, en 2021, una empresa que logró ganarle al home office.

Después de 16 años en Dow y cuatro como CEO, en 2018 dejó las oficinas en Puerto Madero para aterrizar en Vista Oil & Gas, la petrolera del ex CEO de YPF, Miguel Galuccio. Pero, pocos meses antes de la pandemia, decidió dar un paso al costado para tomarse un año sabático y viajar. La irrupción del coronavirus lo obligó a cambiar de planes y a mediados del 2020 fundó junto a Rodrigo Zarazaga #SeamosUno, una iniciativa que repartió 60 millones de platos de comida en plena pandemia.

Un proyecto social de iniciativa privada de gran envergadura en la Argentina. “No solo por su escala, sino también por su impacto y la gran velocidad con la que se ejecutó. Entregamos una caja de 15 kilos de alimentos cada cinco segundos”, recuerda el propio Remy, al mismo tiempo que reconoce que esa experiencia marcó un antes y un después en su vida. “Arrancó como un chat y se convirtió en uno de los proyectos sociales más grandes del país. Con esa experiencia supe que no había vuelta atrás. A partir de ahí entendí que cada proyecto que tomara, cada iniciativa tenia que estar plagada de algo que tuviera un impacto social. Esta idea de alinear tu interés propio al de la compañía y a algo más colectivo a la vez”, apunta.

Para Remy su conversión a emprendedor social “fue el cambio de mi vida”. “Lo hicimos con una épica muy colectiva. Nunca pusimos los nombres por encima del proyecto porque lo que valía era el todo. Diseñamos un sistema de mucha eficiencia entre el sector privado y la territorialidad de las religiones. El objetivo era acompañar a la gente en la etapa más dura de la cuarentena, aquellas personas a las que el Estado no podía llegar por un tema de logística, sin aglomeraciones.”, relata el entrepreneur.

Así, creó un sistema de logística, algoritmos, códigos QR, seguimiento satelital. Todo ese engranaje llamó la atención a la gente de la construcción, aquellos a los que Remy “les mangueaba plata” y con quienes recaudó $1,5 millones cada tres semanas durante siete meses, le propusieron armar un proyecto.

Al principio dijo que no. Sin embargo, una experiencia inclinó la balanza hacia el otro lado. “En un momento empezamos a ayudar a unas chicas en Quilmes a construir un comedor y, cuando nos mandaron las primeras facturas de materiales, vimos que pagaban tres veces lo que pagas acá en Capital. Porque la cadena es muy poco eficiente y el costo de ineficiencia lo pagan los que menos tienen”, recuerda.

Con esto en mente, se acordó de Francisco Brañas, un ex pasante que conoció en Dow y que había renunciado para arrancar un proyecto propio. “Cuando era CEO me llamó este pasante para decirme que se iba porque la empresa no podía contener su talento. Un caradura que terminó convirtiéndose en mi socio”. Juntos crearon Nuqlea, una plataforma digital que apunta a generar eficiencias en la industria y a democratizar el acceso a materiales de construcción. “Es una marca de ésta época. La trayectoria del pasante con el CEO no se hubiera cruzado en el mundo viejo. Hoy, cinco años después de esa charla somos socios y laburamos juntos en una organización plana”, añade.

¿El camino inverso?

De abogado a CEO, de CEO a emprendedor social y startupero, Remy se ganó el apodo de “Benjamín Button” que, confiesa, le encanta: “Es una evolución que se puede ver como una involución”. “Hay mucho de reinventarse y resetearse. Dow me dio eso. Cada tres años cambié de puesto, de país. Cuando no me lo dio más, cambié a Vista y cuando sentí que no estaba más alineado a mi ser, me fui y fundé Nuqlea”.

Manu Ginóbili está entre los inversores de Nuqlea junto un mix de figuras del deporte y referentes de distintas industrias.

Con una inversión inicial de US$500.000 y un equipo de 10 personas que creció a 39 empezaron a fondearse con el apoyo de las principales marcas de la construcción, que pagan una suscripción anual: “Confiaron en el proyecto cuando era una idea”, dice Remy que en 2021 facturó lo mismo que la inversión inicial en base a las suscripciones. “Ahora estamos empezando a transaccionar el business plan. Tenemos que llegar al objetivo principal que es generar tráfico y posicionamiento de marca”, agrega.

Cuenta que la idea fue crear “un proyecto sustentable económicamente” con un objetivo claro: transparentar, eficientizar y generar una transformación punta a punta de la cadena “que redunde en beneficios de las condiciones de hábitat en un continente con un problema enorme desde la vivienda”.

Así nació la empresa que su CEO describe como “un marketplace de nicho”. Donde los principales fabricantes de materiales de construcción compiten en una misma plataforma y su proyecto juega el rol de orquestador. “No vendemos productos sino soluciones. Es un B to B, to C. Llegamos a la constructora, al arquitecto y a Doña Rosa que quiere comprar cinco metros cuadrados de porcelanato.”, detalla.

No sólo reúne a los principales fabricantes de materiales de construcción que operan en la Argentina como aliados estratégicos fundacionales de la plataforma, sino que además cuenta entre sus inversores a un mix de figuras del deporte y referentes de distintas industrias, entre los cuales se destacan Manu Ginóbili; Newtopia; Sergio Kaufman, de Accenture; Enrique Cristofani, del Santander; Dario Maffei, de Índigo; y el grupo Murchison.

A partir de abril, empezaron a monetizar cobrando una comisión por venta que se hace desde la plataforma. Además, acaban de cerrar una primera ronda de inversión en la que levantaron US$3 millones. “Estamos centrados en el crecimiento, que lo contamos por cantidad de sellers (corralones y marcas que se sumen), cantidad de visitas y de transacciones”, detalla.

¿La proyección? Expandirse a América latina. “Tenemos un número de facturación proyectado que nos va a mostrar que estamos en la trayectoria correcta de crecimiento. El próximo paso, ir a México, Brasil y Colombia”, cuenta.

Para Remy, lo que proponen con la plataforma “va más allá de la venta e-commerce”. “Se trata de una transformación digital de punta a punta. El marketplace es una punta de lanza pero para poder transaccionar, digitalizar la logística, los medios de pago, el manejo del stock, la forma en que se hace el pricing. En definitiva, es modernizar y volver más eficiente la industria”.

Hoy, a través de la plataforma proyectan una facturación total de US$95 millones para el período 2022/23. Además, cuentan con más de 40 marcas de fabricantes aliados, 35 merchants (corralones y distribuidores) arriba de la plataforma y más de 15.000 productos.

Las reuniones distendidas al aire libre, parte de la agenda laboral.

Del mundo corporativo al mundostartup

Remy tiene en claro que entró en un mundo hipercompetitivo, como es el de los desarrolladores tecnológicos. Por eso se esforzaron en marcar la diferencia. Junto a Pepe Sánchez, jugador de básquet y presidente de Bahía Basket, pusieron en Bahía Blanca un hub tecnológico donde los jóvenes entrenan, comen con los atletas, tienen nutricionistas. “Empezamos a atraer gente de empresas competidoras: mientras trabajas en home office haciendo un botón de pago para no sabes quién, acá armamos un equipo que viene todo los días, almorzamos juntos, entrenamos”, relata.

Una de las ideas que forma parte de la cultura del bienestar de la empresa es lo que llaman “el apagón”. Un momento del día en el que se cierran las computadoras y todos tienen que desconectarse. “Las empresas tienen problema para traer a la gente a la oficina y nosotros no tenemos más lugar”, explica.

En la empresa multinacional tradicional es como ir en un transatlántico. Tenés un poder de fuego enorme, la maquinaria. Acá somos una lancha: no tenemos el respaldo de un gran barco pero tenemos más poder de flexibilidad para movernos rápidamente” , relata. Con este ejemplo Remy resume el cambio de una gran corporación al mundo startup.

El empresario pasó de viajar con chofer hasta las oficinas en Puerto Madero, en una compañía con más de 1500 trabajadores, a trabajar en una casa en La Hoqueta que funciona como puente con el hub tecnológico que está montado en el Dow Center en Bahía Blanca.

Para Remy, esto habla de una sensación de “despojo” que, afirma, le resulta muy gratificante. “En la empresa tradicional cuando pensás una idea hay toda una estructura atrás que te respalda. Acá llegas a la oficina con tu capsulita de café a la mañana y tenés que salir. Es todo más real”, agrega.

Además aclara que las diferencias entre el mundo corporativo y el de las startups son complementos perfectos. “El mundo corporativo te da el pensamiento a gran escala. No tengo miedo al tamaño, a las cosas grandes. De hecho, el desafío está a veces en cómo pasar de lo chiquito a lo grande. En Dow hicimos una inversión de US$2000 millones en Vaca Muerta. Entonces cuando tuve que hacer el proyecto social no me quedé con ir a un barrio:, hicimos el más grade de la Argentina”, sostiene.

¿Cuál es la dificultad más grande de pasar de una multinacional a una startup? Lidiar con una hoja de ruta “que es más una montaña rusa, que a veces te hace ir en círculos” y en ese “ir más liviano”, a veces la clave está en “ajustar la velocidad a la estructura que tenés”, responde.

“Llegué a este lugar de startupero puro que me encanta, siempre fui un emprendedor. No tengo capacidad de mirar para atrás”.

Fuente: LaNacion.com.ar | Por Lucila Barreiro | START-UPS ARGENTINA

EMPRESAS

¿Qué tienen en común los unicornios latinoamericanos?

El galope de los unicornios, startups con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares antes de salir a bolsa, también se puede divisar en las llanuras de América Latina. En la región, compañías como la ‘superapp’ de pedidos a domicilio Rappi (Colombia), la inmobiliaria digital QuintoAndar (Brasil) o Kavak (México), dedicada a la movilidad, se han alzado como las startups más valoradas en sus mercados antes de salir al parqué. La treintena de unicornios latinoamericanos, la mayoría del sector ‘fintech’, comparten rasgos como la vocación internacional que les han ayudado a convertirse en este animal mitológico.

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En América Latina, se cerraron 1.352 acuerdos de inversión de capital privado en el ecosistema emprendedor en 2022, por un valor de 28.200 millones de dólares según cifras de la Asociación Latinoamericana de Capital Riesgo (LAVCA). Pese al ligero descenso respecto al año anterior, cuando se batieron récords (29.200 millones de dólares), se trata del segundo mejor dato histórico y muestra la fortaleza del ecosistema emprendedor de esta región.

Otra muestra de la evolución del ecosistema es el crecimiento de los unicornios, compañías tecnológicas con una valoración superior a los 1.000 millones de dólares. Para alcanzar esta cifra, en 2022 se sumaron al selecto club siete nuevas compañías, cuatro de ellas ‘fintech’: las brasileñas Dock y Neon, la ecuatoriana Kushki y la mexicana Stori. Tras las nuevas incorporaciones, Brasil, México y Colombia son los países con más unicornios en la región, con 16, 8 y 3 empresas en este listado, respectivamente.

Internacionales, foco ‘fintech’ y con fundadores especializados: características de los unicornios latinoamericanos

En la actualidad, la mexicana Kavak -que se unió recientemente a BBVA para financiar vehículos seminuevos en Perú-, la colombiana Rappi y la brasileña QuintoAndar son los tres unicornios latinoamericanos más valorados. ¿Pero cómo han alcanzado ese estatus? El éxito de estas compañías, tal y como refleja un reciente estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Chile, emana de varias cualidades comunes.

El epicentro es la digitalización

Entre los unicornios latinoamericanos destaca el profundo carácter digital de los productos desarrollados: «El uso de canales físicos es escaso, dando a conocer su producto o servicio, permitiendo la evaluación, venta, entrega y servicios postventa de estos en su mayoría mediante plataformas digitales», indican en el mencionado informe. Esto supone una ventaja competitiva, al poder implementar en el mercado sus servicios de manera más ágil y a un precio reducido.

La ‘fintech’ argentina Ualá es un ejemplo de ello: no cuenta con sucursales y gestiones como la solicitud de una tarjeta de prepago se realizan íntegramente a través de la aplicación móvil. «Queremos cambiar paradigmas, sin costos escondidos, sucursales o filas eternas», remarcan desde su web oficial.

Vocación global para escalar

Entre las diferentes vías de crecimiento para las startups, alcanzar nuevos mercados e internacionalizarse se alzan como dos de las principales. Para las startups unicornios latinoamericanas, integrar este aspecto es un factor clave para alcanzar esta categoría mitológica, ya que en países como Perú, Uruguay y Ecuador, el tamaño del mercado es muy limitado.

Por eso, sus modelos de negocio están pensados para operar en diferentes mercados desde que nacen, aunque el «músculo de la internacionalización se desarrolla con el tiempo», tal y como aseguraba David Bilbao, cofundador y CEO de Truora, en la celebración de un reciente BBVA Open Talks, evento organizado por BBVA Spark. «Más mercado es mejor», resumía el emprendedor.  En 2022, la startup unicornio cerró una ronda de 15 millones de dólares de financiación serie A liderada por Propel, fondo de BBVA.

Empresas como Kavak o Betterfly son un buen ejemplo de ese proceso de internacionalización: ambas han cruzado el charco para aterrizar en países como España, una relación en auge según un reciente informe de Dealroom. Muestra de las conexiones entre España y América Latina es que entre 2018 y 2022 se han realizado 141 rondas de inversión en startups latinoamericanas por parte de inversores españoles. En este sentido, en 2022, BBVA invirtió 300 millones de dólares en el neobanco brasileño y unicornio, Neon.

El sector ‘fintech’, a la cabeza

De los 31 unicornios latinoamericanos que galopan por el mundo, casi la mitad pertenecen al sector ‘fintech’ como Konfio, Dock o Clip. Y la mayoría se encuentran afincados en Brasil (C6 Bank o Loggi, entre otros), país donde existe un destacado apoyo público para respaldar al ecosistema emprendedor: dispone de su propia ‘ley fintech’ y un ‘sandbox’ regulatorio nacional, impulsado por el Banco Central de Brasil, que sirve de entorno de pruebas para modelos de negocio innovadores.

Pero además, de la industria ‘fintech’, también destacan aquellas startups que operan en el ámbito ‘e-commerce’ o D2C (directo al consumidor, por sus siglas en inglés) como la brasileña Loft, plataforma que ofrece la compra, venta y alquiler de viviendas y comercios, o la mexicana Merama, que impulsa marcas de comercio electrónico.

Emprendedores experimentados y especializados

La elevada cualificación de sus fundadores, con estudios de posgrado en destacadas universidades del mundo en algunos casos, es otra de las características habituales entre los unicornios latinoamericanos, según apunta el informe elaborado por la Universidad de Chile. Es el caso del cofundador del unicornio mexicano Bitso, Daniel Vogel, que cursó un máster en Administración de Empresas en Harvard Business School, o Sebastián Castro Galnares, fundador de la ecuatoriana Kushki, con formación en Instituto Tecnológico de Massachusetts.

Además de la formación desarrollada fuera de sus países de origen, otro rasgo en común entre estos emprendedores se encuentra en la experiencia recabada a través de emprendimientos anteriores. El fundador del unicornio ‘foodtech’ chileno NotCo, Matías Muchnick, había desarrollado previamente Chooz, una aplicación de bienestar gamificada que le permitió aplicar aprendizajes después.

Independientemente de su enfoque o su vocación internacional, los unicornios latinoamericanos continúan trotando por el ecosistema emprendedor y socios como BBVA Spark, con presencia en España, México y Colombia, ayudan a que sus innovaciones se extiendan alrededor del globo.

Fuente: BBVA.com | Por Maribel Muñoz | START-UPS ARGENTINA

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EMPRESAS

Transformación digital: la tecnológica argentina Practia pasó a manos del grupo francés Publicis

La firma con más de 38 años de historia se integrará a la filial de transformación digital de negocios Publicis Sapient. El objetivo de la multinacional europea es ingresar al mercado lationamericano.

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El grupo francés Publicis anunció la compra la empresa de tecnología argentina Practia que brinda servicios de transformación empresarial digital. De esta manera, la firma con sede en Buenos Aires se integrará a la filial de transformación digital de negocios Publicis Sapient.

«A la luz de la creciente demanda de transformación digital de los negocios, Publicis Groupe ha decidido extender su experiencia a latinoamérica para servir mejor a sus clientes y ayudarles a progresar en sus negocios», señaló Arthur Sadoun, presidente y consejero delegado de Publicis Groupe.

«La incorporación de Practia permitirá a Publicis Sapient ingresar en Latinoamérica, globalizando sus capacidades de transformación digital de negocios y su modelo de servicio», completó.

Asimismo, Nelson Sprejer, cofundador y Socio Senior de Practia, comentó que «durante los últimos 28 años, hemos estado a la vanguardia de la transformación digital de empresas en toda América Latina. Aprovechando nuestras profundas raíces en ingeniería de software, así como la experiencia industrial y sólida formación académica de nuestro management, hemos incrementado nuestro portafolio de servicios, aumentado nuestro equipo profesional y ampliado nuestra presencia geográfica en el continente americano».

«Uniendo fuerzas con Publicis Sapient podremos abordar los grandes retos y oportunidades que enfrentan hoy nuestros clientes», agregó.

Practia cambió de manos

Fundada en 1995, la firma argentina ha desarrollado estrategias digitales para una cartera de más de 1.000 clientes de múltiples sectores, desde el comercio minorista y las telecomunicaciones hasta la salud y los servicios financieros.

Con oficinas en Argentina, Chile, México, Perú, Brasil, Colombia y España y presencia comercial en Uruguay y Estados Unidos, cuenta con un equipo de 1.200 personas con capacidad en estrategia, producto, experiencia, ingeniería y datos e IA.

La adquisición permitirá al grupo francés tener acceso al mercado latinoamericano, una de las regiones de más rápido crecimiento en el mundo en cuanto a transformación digital de los negocios.

En la actualidad, Publicis Sapient cuenta con centros de servicios en la India y Europa del Este. De esta manera, agregará a Latinoamérica como su tercer gran centro de servicios global.

De acuerdo a SPER Market Research, América Latina es una de las regiones del mundo con mayor crecimiento en transformación digital empresarial.

Se estima que el Mercado de Transformación Digital de América Latina alcanzará los 207.870 millones de dólares en 2032 con una Tasa Anual de Crecimiento Compuesto del 15,13%.

El crecimiento del mercado de transformación digital de negocios en Latinoamérica está impulsado por varios factores, como la creciente adopción de soluciones basadas en la nube, la creciente demanda de automatización e inteligencia artificial y el crecimiento del comercio electrónico y el marketing digital.

Fuente: Ambito.com | START-UPS ARGENTINA

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INSAT, empresa argentina lleva Internet Satelital a zonas rurales y remotas.

“Donde estés internet te llega” es el slogan de INSAT, empresa de origen argentino que brinda servicio de internet en zonas rurales y remotas.

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“En un país como Argentina que cuenta con una gran extensión territorial el acceso a internet presenta una diversidad de realidades. Considerando que más de tres millones de personas viven en zonas rurales o remotas encontramos la necesidad de atender a ese mercado con un producto satelital que permita el acceso en condiciones asimilables a un cliente urbano” indicó Mariano Goñi, gerente de INSAT.

Con clientes dispersos geográficamente, especialmente en la denominada “Zona núcleo” de Argentina, desde dónde se desarrollan el grueso de las actividades agropecuarias relacionadas con soja, maíz y trigo, INSAT llega con su señal de internet satelital de alta velocidad. “Hoy estamos brindando acceso a internet de entre 40 y 70 megas en banda Ka, a valores muy competitivos en los que la navegación web es ilimitada” cuenta Tatiana Ferreyra, product manager de INSAT.

Internet satelital lleva conexión a lugares donde aún no había llegado, no solo a las familias rurales que ahora podrán disponer de conectividad estable y de gran velocidad, sino también a empresas y establecimientos, permitiendo un salto de calidad en empresas que podrán comenzar a beneficiarse de soluciones “Agrotech” y de los avances que la internet de las cosas (IoT) permiten en materia agropecuaria.

“Dentro de la cobertura del satélite podemos llegar a cualquier punto geográfico, sin importar dónde se encuentre el cliente. Estamos conectando a internet a personas que hasta ahora contaban con conectividad limitada o nula y que, luego de la instalación del servicio, cuentan con una conexión de Banda Ancha Satelital asimilable a una conexión domiciliaria tradicional”.

Para mayor información sobre Internet Satelital Rural en Argentina ingresar en https://insat.com.ar

Fuente: INSAT Internet Satelital | START-UPS ARGENTINA

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